Uno de los lugares que quería conocer a mi llegada al DF fue
uno que a mi parecer me a dejado atónito por la simple razón de que nunca había
visto tal tipo de lugar por donde vengo, este fue la Cineteca Nacional, un
nombre que a mi no se me hace desconocido, dado que de donde vengo pasaban las películas
en un pequeño pero no despreciable cine “Ágora” de este cine hecho para personas
parecidas a mi, bueno en el aspecto cinéfilo, pero ahí estaban leyendo
cualquier cosa, o platicando con sus parejas o amigos, vi “Les Miserables de
1934” nada que ver con la versión actual, me parece mejor que la nueva. Bueno
volviendo al tema del titulo, cuando entre una gigante M se posaba frente a mi,
pero no era eso, si no que era la estructura de la cineteca que parece ser una
eme de México, a mi costado izquierdo hay una área verde y grande para las
funciones al aire libre, principalmente en la noche, cuando se proyectan películas
en una pantalla en el mismo lugar. Entrando están unos locales de
+café y
palomitas, y un restaurante, y cuando uno se postra en el área central de la
cineteca, se ve la vieja estructura, antes de la remodelación, donde están la
sala 1 a la 4, las primeras salas de este hermoso lugar. Estar en la cineteca
de noche es un placer, las salas están casi llenas, y varios días meses mas
tarde, ver la 55 muestra internacional ce cine de la cineteca, fue un gozo. Recomiendo
este lugar para aquellas personas que tienen una mente abierta a la vida, a las
nuevas experiencias, y lo aseguro, lo mejor de la cineteca es que no sabes con
quien te puedes encontrar, tanto como películas, como personas.
para las películas alternativas. Pues a mi
llegada lo que me impresionó, no fue solo la arquitectura que tenía, ni la sala al aire libre que tiene, ni la variedad de películas en cartelera, sino el tipo de gente que va, me sentí conectado por primera vez en mi vida con tal singular lugar, fue las personas que me encontré, muchas estaban acostadas en las áreas verdes que tiene este establecimiento, en parejas o solas, ¡Solas! Así como vi, yo no era el único en esta tierra que iba sólo al cine, (si, si, voy sólo al cine, pero a ver películas buenas, no cualquier ridículo de película), cuando estaba en la fila para comprar mi boleto de 25 pesos con credencia de estudiante, escuche a una joven que pidió un boleto a “x” película, lo que me impresionó fue que una mujer fuera sola al cine, a ver una película, no podía creerlo, luego vi que se puso a leer en una pequeña barda que tiene la cineteca para sentarse, era mi imaginación o ¡el mundo guajiro estaba volviéndose real!, pero no, estaba ahí parado junto a otras personas jóvenes, adultas o de tercera edad que iban acompañadas o solas a ver cualquier cinta de la cartelera, me sentí identificado con tal lugar, pues ni en mi sola vida vi que había personas.
para las películas alternativas. Pues a mi
llegada lo que me impresionó, no fue solo la arquitectura que tenía, ni la sala al aire libre que tiene, ni la variedad de películas en cartelera, sino el tipo de gente que va, me sentí conectado por primera vez en mi vida con tal singular lugar, fue las personas que me encontré, muchas estaban acostadas en las áreas verdes que tiene este establecimiento, en parejas o solas, ¡Solas! Así como vi, yo no era el único en esta tierra que iba sólo al cine, (si, si, voy sólo al cine, pero a ver películas buenas, no cualquier ridículo de película), cuando estaba en la fila para comprar mi boleto de 25 pesos con credencia de estudiante, escuche a una joven que pidió un boleto a “x” película, lo que me impresionó fue que una mujer fuera sola al cine, a ver una película, no podía creerlo, luego vi que se puso a leer en una pequeña barda que tiene la cineteca para sentarse, era mi imaginación o ¡el mundo guajiro estaba volviéndose real!, pero no, estaba ahí parado junto a otras personas jóvenes, adultas o de tercera edad que iban acompañadas o solas a ver cualquier cinta de la cartelera, me sentí identificado con tal lugar, pues ni en mi sola vida vi que había personas.
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